No puede faltar disfraz el día de San José. Ya os lo he contado todos los años por estas fechas que es típico hacer un pasacalle loco el último día de Fallas en el que todo el mundo se disfraza. En casa es tradición reunirnos y preparar el disfraz con alguna caja de cartón, cada año un tema diferente... empezamos con mi sobrino Ximo y cuando él ya no ha querido disfrazarse hemos continuado el legado con Izan.
Desde 2008 haciéndoles disfraces caseros. De mesa, lápiz, kiosco, lavadora, paella, máquina expendedora, policía, pintor, bombero con coche de bomberos...
Pero este año no habíamos preparado nada especial. Izan se iba a disfrazar de caballero con un disfraz comprado. Él estaba de acuerdo y contento pero... se acercaba el momento del desfile y empezó a enfadarse porque este año no le habíamos hecho nada de cartón y se empeñó en que quería un caballo.
Sin a penas tiempo, vimos una caja de cartón en la calle, la subimos a casa y la convertimos es un caballo o una especie de caballo. Pero la imaginación de los niños es TAN PODEROSA que él se veía encima del mejor caballo del mundo. Ahora sí que se veía cómo un verdadero caballero.
La frase dice algo así como que si quieres hacer algo al final encontrarás la manera y que si no... lo único que encontrarás serán excusas. Pues eso, la falta de tiempo o el trabajo no tenía que ser una excusa para que Izan no tuviera disfraz de cartón este año.
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