¿Qué tal amigos? Yo un poco fastidiado, empiezan a llamarme ElPupas. Cuánto tiempo sin pasarme por el blog de mamá y lo hago para enseñaros mi pata chunga, ya me podría dejar espacio para enseñaros mi hueso enorme de jamón... pero no.
El último post que os escribí también fue sobre mis heridas de guerra, concretamente sobre las heridas que me salieron en verano y que nos obligaron a pasar por el veterinario. Recuerda el post aquí. Después de esas heridas me salió lo mismo entre los deditos de las patas y mi mamá me curó en casa con la pomada que ya nos había recomendado el veterinario.
Pero hace unos días me salió una heridota más grande en la almohadilla, nos pilló pasando unos días fuera de casa y mis papás me llevaron corriendo al veterinario más cercano. La veterinaria me sacó la pus, me limpió la herida, me puso pomada y me vendo la patita. Además me pincharon antibiótico.
Mis papás se dieron cuenta que algo me pasaba porque no paraba de chuparme la pata, enseguida que notan que me chupo más de lo normal me revisan todo. Es importante que reviséis nuestras patas y ante cualquier problema nos llevéis al veterinario. Luego os toca poneros la bata de enfermeros perrunos y seguir curando la herida en casa.
El descubrimiento ha sido la venda que me pusieron en este veterinario, que resultó ser tan cómoda y fácil de poner que mis papás compraron varias para tenerlas en casa por si me ocurre de nuevo. Se trata de vendas cohesivas (además de cómodas muy molonas, tenemos en verde y azul).
Es una venda elástica cohesiva con un sabor amargo para evitar que esté chupando la venda e intentando arrancarmela como si no hubiera un mañana. Se adhiere sobre ella misma y no se pega a nuestro pelo. Aunque luego se puede reforzar con un poco de cinta, no haría falta.
Todo un descubrimiento.Por cierto, tengo una sorpresa... he grabado un vídeo!
Si le pasa esto a tu compi peludo recuerda:
- Ir al veterinario
- Seguir al pie de la letra el tratamiento
- Evitar las zonas que visitabas y que podían provocarte esas heridas
- Dadnos muchos mimos y algún premio, siempre curan más que las medicinas
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