¿Cuántas veces nos ha pasado que tenemos algún alimento a punto de caducar? Hoy Mentxu nos da una idea para no tirar nada. Cuando me comentó lo que había cenado le dije que era perfecto para compartir con vosotros porque ya sabéis que aquí no se tira nada, incluso recogemos lo que otros tiran a la basura (que mi madre me riñe por deciros que cogimos la silla del despacho de la basura). Pero es viernes y toca hablar de recetas, por lo tanto nada de tirar a la basura, que la comida está muy rica. Como esta receta. Gracias Mentxu por tu propuesta!!
¡Hola de nuevo a tod@s! Hoy os traigo una receta de
esas para salir del paso pero que tiene un resultado inesperado y muy, muy
rico. No me gusta nada tener que tirar comida, me parece un lujo que no nos
podemos permitir, así que cuando tengo varios alimentos que están a punto de
caducarse, o que son frescos y no aguantan mucho, tiendo a mezclarlos, a veces
el resultado es un desastre. Esta vez,
un éxito total.
Tenía en la nevera media tarrina de queso
mascarpone. Yo lo uso mucho, tanto para platos dulces como para platos salados.
Por otro lado, en el armario, un paquete de galletas Chiquilín a las que
quedaban apenas unos días para caducarse. Así que pensé; por qué no hago unas
galletas untadas con queso. El caso es
que la combinación me parecía un poco sosa así que empecé a barajar
posibilidades.
En mi casa siempre hay mucha fruta, sobre todo
ahora que se acerca el verano y las variedades aumentan. Ya tenía el tercer
elemento, pondría fruta fresca sobre el queso untado en las galletas. El día
que yo hice la receta tenía en casa: albaricoques, manzanas, ciruelas, y
nectarinas. Creo que lo que mejor quedó fueron los albaricoques porque estaban
muy dulces pero las combinaciones posibles son enormes. De hecho, en casa
pensamos que la próxima vez probaríamos con higos porque cuando están muy
dulces tienen que irle muy bien a la mezcla de sabores.
Cuando ya estaba metida en faena, se me ocurrió
probar una de las galletas y, claro, estaba bastante blanda. Así que se me
ocurrió la idea de preparar estos montaditos dulces y meterlos en el horno un
poquito para que cogieran calor y textura crujiente. Además, como me gustan
mucho los cereales con yogur, decidí coronarlos con una mezcla de ambos a modo
de top-in. De este modo conseguía, también, aumentar esa textura crujiente que
os comentaba antes.
Ya solo quedaba la preparación mientras ponía el
horno a precalentar a 180º durante 10 minutos. No tiene ninguna dificultad. Yo
los coloqué sobre la rejilla encima de papel especial para horno. Después,
simplemente coges una galleta la untas de queso mascarpone, no como si
untases mantequilla, de un modo más tosco. Luego vas colocando la fruta
previamente pelada y por último, ayudándote de una cucharilla, colocas la
mezcla de cereales con yogur. Una vez, están todos preparados, metes la rejilla
al horno y le das un golpe de calor de unos 3-5 minutos. No pueden estar mucho
más tiempo porque si no, el queso se derrite.
Y luego, a ¡disfrutar! Es sano, nutritivo y no
tiene excesivas calorías. Para nosotros fue la cena de un domingo. Os invito a
que la probéis, creo que os gustará.
INGREDIENTES
PARA DOS PERSONAS
12 galletas Chiquilín, o las que más os gusten.
Media tarrina de queso Mascarpone de las que venden
en todos los supermercados.
Fruta fresca. Nosotros nos comimos 1 manzana, tres
albaricoques, una ciruela y una rectarina.
Para el
top-in
Un yogur natural sin azúcar
Un puñado de cereales, en mi caso los Special K de
Kellogg’s
Gracias, como siempre, a Lorenna por la oportunidad
y el espacio, ¡hasta la próxima!
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