Canelones caseros

Antes de que llegara Telma (Thermomix) a nuestra casa siempre teníamos en el congelador dos cajitas de canelones o lasaña precocinada para esos días de urgencia en los que por cualquier cosa no te ha dado tiempo a preparar nada para comer. Realmente no sé porque las comprábamos porque nunca nos han gustado, fueran de la marca que fueran.

Los canelones de mi madre siempre los he considerado la mejor comida del mundo y su bechamel ya es para morirse. Pero llevan mucho, mucho trabajo y cada vez los hacía menos veces. Y ahora soy yo la que dedica una tarde o una mañana a preparar los canelones caseros. No están tan buenos como los de mi madre pero salen perfectos y una gran cantidad que me permite hacer varias bandejitas y llenar el congelador. 

Ahora las emergencias de no tener comida saben mejor porque sé que mis canelones llevan pechuga, ternera, tomate, cebolla... vamos que conozco de primera mano los ingredientes. Y además soy yo ahora la que le lleva los tuppers a mi madre y mis hermanos que también son grandes amantes de los canelones están encantados.

La próxima semana voy de visita y el blog permanecerá cerrado por vacaciones hasta el lunes 19, aunque mañana hay un post especial con un DIY molón. Y ya tengo los canelones preparados para llevarles. 

El post no es solo para deciros que le dedico una tarde a hacer canelones y que así siempre tengo en el congelador, además quería enseñaros la receta de la bechamel perfecta:

Mantequilla, harina, leche, sal, pimienta y nuez moscada. Para 400 gramos de bechamel ponemos en una sartén 25 gramos de aceite de oliva y 50 gramos de mantequilla. Cuando esté derretida incorporamos 70 gramos de harina poquito a poco y luego añadimos la leche también poco a poco y vamos removiendo sin parar. Añade sal, una pizca de pimienta y otra pizca de nuez moscada. Lo añades a los canelones y al horno para gratinar o al congelador para disfrutarla otro día!