Hoy el post no es sobre un plan, ni un truco o consejo, ni una receta, ni tampoco una manualidad o DIY... pero es lo mejor que me ha pasado. LO MEJOR, así en mayúsculas. Ya lo habréis adivinado al leer el título del post, hoy es 10 de mayo y Sucre, MiSucre, cumple 4 años.
Sucre me ha enseñado muchas cosas, me ha enseñado a pasear sin prisa, a estar siempre dispuesto para hacer lo que sea, que el mejor sitio del sofá es el que sea siempre que estemos bien pegados los tres, que si hay que dormir largas siestas se duermen, que no importa que la ropa se llene de pelos porque estás deseando llegar a casa y que venga a enrollarse encima de ti. Me ha enseñado a sentirme la peor persona del mundo cuando sin querer le piso una patita, a desear que me pase a mi cualquier cosa con tal de que no le pase nada a él, a echarle de menos hasta llorar pensando en que estoy perdiendo minutos de su compañía. A que los estudios que dicen que a los perros no le gustan los besos y los abrazos son mentira.
Porque Sucre es cariñoso, dulce, divertido, juguetón, guapo, dormilón, gritón cuando se enfada y llegas a casa después de haberle dejado solo tres horas (no más), guapo, ¿ya había dicho guapo? Es guapo a rabiar y la gente se para a saludarle y él responde simpaticón, meneando la cola y pegando algún que otro lametazo.
Hoy Sucre cumple 4 y a mi me encantaría congelarlo por la noche para que no pasaran los años. Para que siempre pudiera ser mi compañero, mi bebé. Gracias Sucre por tanto.
¿Jugamos al juego de las 7 diferencias? Qué rápido ha pasado el tiempo. Una lástima que nos falta la foto del tercer cumpleaños que tenía en otro móvil y no pude recuperar.
Este año no falta de nuevo su famosa corona para celebrar el cumple, la tarta especial para perros que ya es tradición y le hemos hecho todos los años y un largo paseo para rebajar las calorías del pastel y que Sucre esté con nosotros muchos, muchos años más.
Sucre me ha enseñado muchas cosas, me ha enseñado a pasear sin prisa, a estar siempre dispuesto para hacer lo que sea, que el mejor sitio del sofá es el que sea siempre que estemos bien pegados los tres, que si hay que dormir largas siestas se duermen, que no importa que la ropa se llene de pelos porque estás deseando llegar a casa y que venga a enrollarse encima de ti. Me ha enseñado a sentirme la peor persona del mundo cuando sin querer le piso una patita, a desear que me pase a mi cualquier cosa con tal de que no le pase nada a él, a echarle de menos hasta llorar pensando en que estoy perdiendo minutos de su compañía. A que los estudios que dicen que a los perros no le gustan los besos y los abrazos son mentira.
Porque Sucre es cariñoso, dulce, divertido, juguetón, guapo, dormilón, gritón cuando se enfada y llegas a casa después de haberle dejado solo tres horas (no más), guapo, ¿ya había dicho guapo? Es guapo a rabiar y la gente se para a saludarle y él responde simpaticón, meneando la cola y pegando algún que otro lametazo.
Hoy Sucre cumple 4 y a mi me encantaría congelarlo por la noche para que no pasaran los años. Para que siempre pudiera ser mi compañero, mi bebé. Gracias Sucre por tanto.
Este año no falta de nuevo su famosa corona para celebrar el cumple, la tarta especial para perros que ya es tradición y le hemos hecho todos los años y un largo paseo para rebajar las calorías del pastel y que Sucre esté con nosotros muchos, muchos años más.
Ohhh yaaaa jo como pasa el tiempo bombón
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